Como se ha mencionado con anterioridad en este blog, la distritación electoral a nivel federal en México no ha puesto el criterio de equilibrio poblacional entre los diferentes distritos nacionales en el primer orden de prioridades. Variaciones de 15 por ciento por encima o por debajo del tamaño promedio son consideradas aceptables por el IFE y los partidos nacionales. El problema de desbalance poblacional entre distritos (malapportionment) se exacerba cuando pasamos al plano subnacional, cuya ingeniería distrital corre a cargo de las autoridades estatales y donde las variaciones poblacionales de los distritos legislativos estatales pueden rebasar con creces el de por sí grande margen de +/-15%.
La gráfica anterior se compone de diagramas de caja y brazos que representan la dispersión poblacional entre los distritos que componen a 28 de las 32 entidades federativas del país –se excluyen los estados de Querétaro, Tlaxcala, Quintana Roo y Yucatán por ausencia de datos. Sigue leyendo